viernes, 2 de noviembre de 2007

Ontorigami

El conocimiento de un artesano
Se limita a un papel
Blanco como la cotona de un científico

La primera observación remite cuatro puntas
Cuatro dimensiones camufladas de cardinales
Son los límites de la verdad

Se manipula la blancura como suavidad
Y las manos del artesano se dibujan en cada una de las esquinas
Y de un movimiento doblan las posibilidades

Con triángulos concéntricos se constriñen las teorías
Y de las puntas ahora son ocho
Cada vez más juntas y complejas

Y estas nuevas puntas son doblegadas nuevamente
Y ya desaparece la lógica duplicada
Cuando el artesano comprende su consumo científico

Desde las dieciséis puntas transformadas
Nacen las cuestiones del caos, nace la aventura
Despegan naves para escribir sobre blancos destinos

La revolución científica se borra del mapa
El farol del conocimiento es ahora un incendio inminente
Todos los artesanos huyen quemando sus manos

Y el descubrimiento del fuego sepulta la posibilidad de la verdad
El puro blanco se funde implotando en el vacío de lo oscuro
Y el círculo de la ciencia artesana se cierra

Muriendo en sí misma la ceguera eterna.