lunes, 16 de abril de 2007

Salmo Poética (Versos Negros)

Ahógate en el hemopantano de tus llagas; poeta, el nocturno mustio ya no castigará tus instintos; vacíate de sangre tus deseos y engendra la muerte

Ya no estás en tus cabales
Los cuervos de tu historia te ascienden
El viento reventó tu oleaje negro

Y el fuego de tu ira ilumina el firmamento
Y elevó tus pesadillas al cielo

Revelando la sangre de tus cenizas

Ahógate en el hemopantano de tus llagas; poeta, el nocturno mustio ya no castigará tus instintos; vacíate de sangre tus deseos y engendra la muerte

Muerto estás en tus cabales
Derrotados por tu tiempo

Cabalgan muertos tus jinetes
Decapitados por tus cuervos
Derrotados por tu noche

Atormentados por tus fuegos

Ahógate en el hemopantano de tus llagas; poeta, el nocturno mustio ya no castigará tus instintos; vacíate de sangre tus deseos y engendra la muerte

Y raudo cabalgas tu
Decapitado como tu muerte

Y en un delirio nocturno
Mil cuervos retornan a tus sienes
Y el fuego se hace noche
Y la ceniza se hace vida


Ahógate en el hemopantano de tus llagas; poeta, el nocturno mustio ya no castigará tus instintos; vacíate de sangre tus deseos y engendra la muerte

Y los caballos sin jinetes
Y los cuervos de tus iras
Se revientan en tu cuerpo negro
Y el firmamento de tus mares
Se reúne en tus instintos mustios
Y vomita azufres negros de tu alma

Ahógate en el hemopantano de tus llagas; poeta, el nocturno mustio ya no castigará tus instintos; vacíate de sangre tus deseos y engendra la muerte

Y los mismos azufres te cubren
Trágica y desértica la voluntad de tus deseos
Frágiles y metálicas el delirio de tu muerte

Y amanece tu noche funesta
Y son vómitos de águilas núbiles
Y te vomita tu muerte

Ahógate en el hemopantano de tus llagas; poeta, el nocturno mustio ya no castigará tus instintos; vacíate de sangre tus deseos y engendra la muerte

Atormentado de tu inconsciente
El delirio oscuro no te toca
El azufre respira en tus cuervos

En tus jinetes en tus océanos en tus cielos en tus cenizas en tus noches en tu muerte

Ahógate en el hemopantano de tus llagas; poeta, el nocturno mustio ya no castigará tus instintos; vacíate de sangre tus deseos y engendra la muerte


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