lunes, 16 de abril de 2007

Una mujer en el banco de una plaza

Una mujer en el banco de una plaza, con un helado de sueños que encanta su mirada perdida a través de las horas que viajan perdidas a través de los sueños que son gotas de agua en un día sin lluvias.

Una mujer de esas bellas que por hacerse un problema tropieza con un café repentino, café sin aliño como el color del mar en día de nublados y visiones a través de una botella verde en la arena.

Una mujer y una lágrima ágrafa, un sondeo viseral de puños breves y silentes bagajes que cuestionan su verdad de estar muerta de repente, y un espejo en el umbral que le resucita como reflejo.

Una mujer que se ha encontrado en el medio de un parque llorando por una mujer que algún día fue, deseosa de echarse a correr a buscar años atrás esperanzas de esas buenas que la vieron crecer.

Una mujer que es una niña y su pelo de rosas florece y es atemporal en sus sueños de cosas y estrellas de mar…

Se alejó una mujer a buscar en el tiempo de años atrás una lágrima gris en un banco de plaza, con verdes botellas en un día de lluvia apagada y distante, cuestionando el reflejo del mar en sus ojos como en su rostro de niña boreal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

una mujer que no sabe quien es...que busca un espacio donde estar.